Nos ha dado la oportunidad de profundizar más en la historia RapaNui.
Manuel me pidió ayer que le leyera tooodo el blog. Tengo que decir que es raro que me pida que yo le lea algo, (lo usual es que él quiera leer para mí).
De este modo es como nos pusimos a ello, Rafa junior se nos unió y cuando llegamos al hechizo Rapa Nui, nos surgieron preguntas y recurrimos a la enciclopedia.
Es maravilloso tener acceso al conocimiento de algo cuando así lo desea uno, disfrutamos estos momentos verdadera emoción ¡qué gozada!
Entre otras cosas interesantes aprendimos que:
El explorador holandés Jakob Roggeveen arribó a la isla el 5 de abril de 1722, día de Pascua de Resurrección; de ahí el nombre Isla de Pascua (Rapa-Nui significa isla grande en el idioma de los antiguos habitantes de Tahiti, aunque en el idioma autóctono la isla es conocida como Te pito o te henua, que significa "El ombligo del mundo" y Mata ki te rangi, que equivale a "Ojos que miran al cielo").
No sólo es la isla del Pacífico más rica en megalitos, sino que es la única fuente que prueba la existencia de un sistema de escritura en Polinesia.
Las estatuas de la isla, los moai, cuya estatura varía de uno a veintiún metros(casi nada), tienen rostros tan desproporcionadamente grandes que el resto del cuerpo pasa inadvertido.
Los moai pueden agruparse en dos categorías. Los primeros se yerguen sobre la ladera del Rano Raraku y están recubiertos de símbolos. Los segundos, adornados originalmente con unos sombreros cilíndricos llamados pukaos, fueron colocados sobre altares (los ábu: muros paralelos a la costa, de una altura de cinco metros) de espaldas a la playa. Se sabe que los ojos los hacían con coral blanco y toba roja desde 1978, año en que el arqueólogo pascuense Sergio Rapu descubre en el suelo los inmensos ojos. Se erigieron aproximadamente entre 800 y 1.600 ejemplares, de las cuales más de 880 siguen aún en pie.
Los moai pueden agruparse en dos categorías. Los primeros se yerguen sobre la ladera del Rano Raraku y están recubiertos de símbolos. Los segundos, adornados originalmente con unos sombreros cilíndricos llamados pukaos, fueron colocados sobre altares (los ábu: muros paralelos a la costa, de una altura de cinco metros) de espaldas a la playa. Se sabe que los ojos los hacían con coral blanco y toba roja desde 1978, año en que el arqueólogo pascuense Sergio Rapu descubre en el suelo los inmensos ojos. Se erigieron aproximadamente entre 800 y 1.600 ejemplares, de las cuales más de 880 siguen aún en pie.
Los monumentos de piedra más grandes de la isla son unas enormes plataformas enterradas que sirvieron como santuarios (ahus) y que soportan varios moai en fila.
Muchas estatuas de los ahus llevan coronas cilíndricas de toba roja que llegan a pesar hasta 27 toneladas.
Con referencia al sistema de escritura descubrimos que se conoce con el nombre de rongo rongo y está tallado con ‘puntas de obsidiana* o dientes de tiburón’ en su mayoría sobre tablillas de madera.
La llamaron los pascuenses ‘kohau rongorongo’ (‘kohau’ es madera que sirve a fabricar el casco de las canoas, y rongorongo es el gran mensaje, el gran estudio).
Los símbolos de esta escritura parecen representar gráficamente figuritas de seres antropomórficos en diversas posturas, otras criaturas de fantasía que se asemejan a las aves, a las plantas y a otros animales terrestres y acuáticos, objetos celestes, así como también objetos geométricos, anzuelitos, entre otros.
Se puede afirmar sin lugar a dudas que hasta ahora los signos rongo rongo no han podido ser descifrados, debido a que los ancianos letrados, únicos conocedores de esta escritura o de este código mnemotécnico fueron raptados y esclavizados para hacerlos trabajar en las islas de guano y en las plantaciones peruanas. Estos hombres murieron y al parecer se llevaron consigo a la tumba los conocimientos de grabar y de leer y/o cantar los glifos rongo rongo.
Muchas estatuas de los ahus llevan coronas cilíndricas de toba roja que llegan a pesar hasta 27 toneladas.
Con referencia al sistema de escritura descubrimos que se conoce con el nombre de rongo rongo y está tallado con ‘puntas de obsidiana* o dientes de tiburón’ en su mayoría sobre tablillas de madera.
La llamaron los pascuenses ‘kohau rongorongo’ (‘kohau’ es madera que sirve a fabricar el casco de las canoas, y rongorongo es el gran mensaje, el gran estudio).
Los símbolos de esta escritura parecen representar gráficamente figuritas de seres antropomórficos en diversas posturas, otras criaturas de fantasía que se asemejan a las aves, a las plantas y a otros animales terrestres y acuáticos, objetos celestes, así como también objetos geométricos, anzuelitos, entre otros.
Se puede afirmar sin lugar a dudas que hasta ahora los signos rongo rongo no han podido ser descifrados, debido a que los ancianos letrados, únicos conocedores de esta escritura o de este código mnemotécnico fueron raptados y esclavizados para hacerlos trabajar en las islas de guano y en las plantaciones peruanas. Estos hombres murieron y al parecer se llevaron consigo a la tumba los conocimientos de grabar y de leer y/o cantar los glifos rongo rongo.
En cuanto al idioma (por el que Rafa sintió un especial interés)supimos que el idioma contiene cinco vocales (a,e, i, o, u) y nueve consonantes fonémicas (m, n, ŋ, p, t, k, ʔ, β, ɾ).
Hoy en día en la isla se usa el alfabeto latino para escribir la lengua, por tanto las consonantes ŋ, β y ʔ actualmente se escriben ng, v y ' respectivamente (ngangata, hombres; vi’e, mujer).
Carece de términos equivalentes a expresiones como por favor o perdón. Tampoco posee palabras malsonantes, por lo que cuando los isleños se enojan o discuten recurren a los insultos en español.
Se sabe con certeza que se lee de izquierda a derecha y de derecha a izquierda alternadamente por línea, además por cada cambio de línea se da vuelta en 180 grados la tablilla.
La UNESCO declaró a la isla como Patrimo de la Humanidad en 1995. *La Obsidiana es un vidrio volcánico que se forma naturalmente al enfriarse rápidamente la lava,su filo bien trabajado es mejor que el del acero quirúrgico.
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