Cuerpo físico, emotivo y mental

Siguiendo el orden evolutivo, el cuerpo físico fue el primero, sobre él se asentó el emotivo y el último en aparecer fue el mental. Por lo tanto, para tener un buen equilibrio mental y emotivo, el físico tiene que estar en orden.

Para poner el físico en forma, podemos utilizar el ejercicio físico inteligente, la respiración consciente y la comida racional (poca, sana y bien digerida).

Para poner el emotivo en forma, lo primero sería cuidar el físico y luego proporcionarle estímulos adecuados: vida sin estrés, dejarse fluir, practicar la empatía, no hacer las cosas de una manera forzada, utilizar y comprender el lenguaje no verbal; comunicarnos con los que nos rodean desde las afinidades, no desde las diferencias; recurrir a técnicas artísticas creativas como la música, la pintura y el teatro practicados de una forma consciente para enseñar a nuestro cerebro emotivo a responder adecuadamente.
Si hablamos a nuestro cerebro emotivo con palabras no nos entenderá, tenemos que hacerlo desde los símbolos; mediante el lenguaje artístico podemos modificar las respuestas automáticas de la amígdala de nuestro cerebro límbico, el regulador de las emociones.

Para poner el mental en forma, lo primero sería cuidar el físico y el emotivo, y luego proporcionarle serenidad y lucidez mediante prácticas de relajación mental y meditación; realizar las actividades cotidianas a conciencia; darse cuenta de las limitaciones personales; tomar conciencia de los cambios y permanecer flexibles ante la vida.
La intuición nos lleva a armonizar los tres cuerpos: físico, emotivo y mental.
Cuando los tres cuerpos se armonizan, ya no tenemos que preocuparnos de nada, se desea lo que se necesita y se tiene intuición e inteligencia para conseguirlo.
Realmente si nuestra intuición está funcionando adecuadamente, seremos capaces de evitar los extremos que conducen a la enfermedad. Esta capacidad intuitiva es algo innato en todos, pero suele "embotarse" debido a una alimentación y a un pensamiento conceptual impropios.

La práctica de un pensamiento analógico* nos puede llevar a desarrollar nuestra intuición.
En occidente hemos desarrollado sobre todo nuestra parte analítica (hemisferio cerebral izquierdo), mientras que en oriente ha sido la analógica (parte cerebral derecha). Por lo tanto sería muy útil conocer las bases de la medicina oriental, fundamentalmente analógica, e integrar ambas.
*es aquel que nos lleva a obtener una conclusión tras haber establecido una relación de semejanza entre elementos o conjuntos de elementos distintos.

EL EQUILIBRIO A TRAVÉS DE LA ALIMENTACIÓN.
OLGA CUEVAS FERNÁNDEZ.

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