¿LIBERTAD O LICENCIA?

Cuando emprendemos esta maravilloasa aventura de criar con el corazón, la duda se hace patente en nuestras vidas y podemos confundir la libertad con la licencia.

He conocido a padres temerosos de poner límites, que llegan a convertirse en víctimas de la libertad mal entendida.

Es fácil que esto suceda, a todos en mayor o menor medida nos ha pasado, lo importante es no bajar la guardia en cuanto a conciencia se refiere. Si estamos atentos podemos percibir que algo no anda bien. Lo importante para mí ha sido escuchar mi propia voz antes que la voz de las masas, ya sea los que se posicionan a favor de la "libertad", como de los que se manifiestan contra ella.

Pienso que los límites son necesarios tanto en cuanto se usen para que se mantenga el respeto a los demás y salvaguarden su integridad física.

Creo que estos límites debieran ser comunes a todos. En cuanto al resto dependerá de la tolerancia, las convicciones y los límites de los propios padres.

Es precisamente ese sincero esfuerzo de mantener la conciencia lo que me ha hecho ver que algunos de los límites que existen en nuestras vidas pueden ser desechados, aquellos que son fruto de nuestras propias limitaciones y de nuestra falta de tolerancia.

Conseguí arrojar por la borda varios de estos límites (con la ropa, el frío, los gritos, los objetos, ...) y gracias a esta apertura he descubierto nuevos placeres que me hacen sentir dichosa.

Con esto concluyo que deberíamos reducir los límites tras haber hecho un sincero esfuerzo por deshacernos de los nuestros, y añado que los que decidamos poner, no requieren la negación como intermediaria sino el amor. Existen muchas alternativas a la palabra "no"; ofrezcamos opciones positivas, agradables para los más pequeños y válidas para cada situación. Evitemos decir "no" sin más, nuestros hijos nos lo agradecen haciendo que todo fluya apaciblemente, y es muy gratificante para todos. Procediendo de este modo, cuando son más mayorcitos y se encuentran frente a un conflicto de este tipo, son ellos los que buscan las alternativas necesarias para que todo se resuelva favorablemente.

9 comentarios:

marcela dijo...

muy de acuerdo...yo ahora, me siento liberada y ellos estan mejor!

1beso

zait dijo...

Lo de confundir la libertad con algo próximo a la dejadez es muy común. He visto a padres frente a sus hijos debatiendo un cuarto de hora qué hacer en ese momento, en lugar de actuar, de forma respetuosa y en libertad, pero actuar. La verdad es que es difícil mantener el equilibrio entre disciplina y libertad, pero con un poco de esfuerzo se consigue.

NATALIA dijo...

Entiendo que al principio los padres en el deseo de respetar a su hijo puedan llegar a confundir lo que define la libertad. Hace falta tomarse el tiempo de reflexión individual necesario para tener las ideas claras, y por supuesto no proceder arbitrariamente dañando al pequeño, para mí es muy importante como se hace.

NATALIA dijo...

¿Que bueno Marcela!
Me alegro.
Besos.

Selegna dijo...

Pues sí, comparto contigo el colocar el límite para mantener el respeto e integridad física de las personas, y no como obsesión de buenos padres. Vivimos una vez, instante a instante, y prefiero elegir respuestas con "amor" a "porque yo lo digo".

Anonymous dijo...

es complicado ser padres y ver si haces lo correcto o no... mi hijo de 3 años(casi 4)´lleva un mes que todas las mañanas discute conmigo, por de ropa... le molestan los calcetines, o zapatos o chaqueta o no quiere camiseta interior (con el frío que hace aquí) yo acabo perdiendo la paciencia, porque el horario me condiciona,... da igual que lo levante antes... siempre hay algun problema...y cual es el mejor camino... a veces lo ignoro, otras le cambio calcetines, o zapatos, otras me pongo a su altura... ay Dios que dificil... debería vivir en el caribe sin apenas ropa...Pero esto tendrá otro transfondo??

paloma dijo...

Natalia estamos hablando del mismo tema en nuestros blogs...siempre recordando, tomando conciencia. Un beso.

NATALIA dijo...

La verdad es que la sociedad en la que vivimos dificulta mucho nuestra misión. Pero debemos buscar caminos factibles para no acabar demasiado perjuducados. Por tu comentario deduzco que tu hijo sí va al cole, eso complica un poco más las cosas. Nosotros, no solemos encontrarnos con la dificultad del tiempo, procuramos tomarnos el tiempo necesario para resolver los conflictos (aunque no siempre lo hacemos bien).
Con respecto a la ropa, soy casi especialista en el tema. Iván(dos años) va todo el día con camiseta y pañal, no necesita más ropa, me está costando un poco convencerme (por el frío), pero es así. Cuando toco su piel percibo que no está fría como la mía. A su papá le cuesta más confiar, pero cada día lo hace mejor. Sin embergo cuando sale a la calle sabe que debe llevar ropa, no porque la necesite sino porque así se lo he transmitido desde el principio (por varios motivos).
Tengo prevista una entrada para reflexionar sobre este tema.
No obstante, esta forma de actuar a veces es una manera camuflada de demandar otras cosas...
Es tan poco natural nuestra sociedad...

NATALIA dijo...

Paloma hay veces que creo que hasta de noche sigo con la tarea...
Esto de tomarse en serio las cosas tiene sus inconvenientes.
Sigo tus entrads con mucho interés.
Un beso.

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