Hoy hace un día radiante, el sol entra por la ventana y nos calienta al punto de poder desnudarnos. Tenemos una zonita en la casa privilegiada, pequeñita pero ideal para estar calentitos.
A pesar de esa zona cálida, ya a llegado el frío y con él los catarros. Anteayer por la noche Manuel se encontraba francamente mal, demasiada mucosidad, no podía respirar, de modo que decidimos salir al monte a respirar aire puro y a disfrutarnos con intensidad. Como esperaba este hechizo maravilloso hizo que ayer se acostara sin problemas para respirar. A media noche tuvo un poquito de dificultad, de modo que hoy haré un puré al que añadiré Umeboshi y Kuzú, con esto, unas salidas al campo y una buena dosis de amor, creo que mejoraremos todos.
Escribo esta entrada mientras los chicos escriben un poema de Quevedo muy
gracioso:
A UNA NARIZ
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.
Como siempre este hechizo nos enlaza con otros. Ya hemos buscado varias palabras que no entendíamos (sayón, escriba, reloj de sol, alquitara, Ovidio, Anás) y nos maravillamos con cosas que desconocíamos y la agudeza del poema.
Por cierto hoy es mi cumpleaños y me encanta?
He hecho dos tartas de queso, después de comer las compartiremos con familiares y amigos.
Nos vamos a tomar el radiante sol.
Hasta el próximo hechizooo...
2 comentarios:
si es gracioso el poema y yo también buscaré las palabras
que se mejore Manuel!
besos
Gracias Marcela.
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